Mexico lindo y querido, por Dante Andreo
Siempre es emotivo volver a los sitios donde uno ha vivido parte de su vida y donde puede reencontrarse con viejos y queridos amigos. Esos lugares donde, además, tienes la oportunidad de hacer nuevos amigos.
Eso me pasa cada vez que vuelvo a México.
He vivido en ese maravilloso país casi seis años de mi vida, desde 1976 a 1981, justo antes de radicarme definitivamente en España.
Por una u otra razón visito México casi cada año, con frecuencia invitado a hacer algún trabajo musical. En esta oportunidad estuve durante un mes y medio, desde el 1 de noviembre hasta el 15 de diciembre.
Durante ese tiempo realicé cuatro talleres Corales en distintas ciudades.
Primero tuve el honor de ser invitado por el Maestro Néstor Rodríguez a participar en el FESTIVAL INTERNACIONAL DE COROS de la ciudad de Mérida, en Yucatán, al cumplirse la 15ª edición de este importante evento, el más antiguo del país. Con este motivo, este año se realizaron, además de los conciertos, nueve Talleres Corales impartidos por maestros de Cuba, Venezuela, España, República Dominicana, Argentina y México. Tuve el honor de compartir esta tarea con reconocidas personalidades de estos países.
El Taller Coral que propuse y al que asistieron directores y cantantes de Yucatán, México DF, Nuevo León, Sonora, Veracruz y Puebla se llamó: “LA POESÍA EN LA OBRA CORAL: Tratamiento del texto como material sonoro”. En el mismo trabajamos madrigales españoles del Siglo XVI, conservados en el cancionero de Medinaceli y algunas de mis composiciones sobre poesía maya, canaria y andaluza. En el Concierto Final tuve la oportunidad de estrenar la obra “LA CEIBA SONORA” sobre poesía del poeta yucateco FELICIANO SANCHEZ CHIAN, que dediqué al Conjunto Vocal de Yucatán con motivo de su 30 aniversario. Fue un estreno muy emotivo que contó con la presencia del poeta recitando sus versos en maya.
El siguiente Taller Coral fue en México DF. Invitado por el Coro de la UNIVERSIDAD PANAMERICANA tuve la oportunidad de trabajar mi “MISA BROCHERIANA”, obra compuesta y estrenada en Argentina hace dos años con motivo de la beatificación del Cura Brochero y en el centenario de su muerte. Esta obra, compuesta en castellano y sobre ritmos del folclore argentino (baguala, huayno, chacarera, milonga, etc) tuvimos oportunidad de cantarla, junto a un ramillete de villancicos tradicionales españoles, en dos importantes conciertos en la ciudad de México, uno en el Museo de la Ciudad y otro en el Museo Soumaya. El Coro de la Universidad Panamericana, dirigido por el Maestro José Luis Sosa, con el que tuve oportunidad de trabajar este repertorio, está compuesto por un grupo de jovencísimos y entusiastas cantores alumnos de esta prestigiosa universidad privada de México.
A continuación, otro Taller Coral, esta vez en la ciudad de Toluca, Capital del Estado de México. Invitado por mi querido amigo, el Maestro Alfredo Elías (un extraordinario director a quien tuve el placer de conocer hace algunos años en el Festival Internacional de Mérida y con el que compartimos, entre otras, una gran pasión por la música antigua) tuve oportunidad de trabajar con el ENSAMBLE VOCAL DE METEPEC (integrado por un grupo de magníficas voces, de bello color y gran musicalidad: tres sopranos, alto, contratenor, tenor, barítono y bajo dirigidos por el propio Maestro Elías) y el CORO DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MÉXICO, que dirige el Maestro Emilio Hernández. En esta oportunidad, además de la MISA BROCHERIANA, estuvimos trabajando dos de mis obras sobre poetas españoles: CORTAME UNA ROSA BLANCA, con poesía de Pedro García Cabrera y LAS NUBES ME TRAJERON sobre texto de Rafael Alberti. El programa se completó con algunas obras del Cancionero de Medinaceli y un negrito del barroco colonial mexicano conservado en la catedral de Puebla.
Y para el final, ya muy cercano a la fecha de mi regreso a Madrid, me quedaba aun la experiencia más interesante a nivel pedagógico: el intenso fin de semana en la bellísima ciudad de Puebla. La Televisión Azteca patrocina a nivel estatal un importantísimo proyecto pedagógico llamado “ESPERANZA AZTECA” cuya sede nacional está en la ciudad de Puebla, en un impresionante emplazamiento enclavado en una antigua fábrica textil. Esta institución, imitando el exitoso modelo venezolano, desarrolla una importante labor pedagógica y musical con niños y jóvenes que tienen oportunidad de formarse musicalmente y participar en orquestas y coros diseminados por todo el país. Durante ese fin de semana tuve oportunidad de trabajar con el Coro Nacional de Esperanza Azteca, que capitanea el Maestro Uriel Ortega y que está compuesto por más de 25 jóvenes que están cursando la Licenciatura en Dirección Coral.
Además de estas enriquecedoras experiencias pedagógicas, tuve el placer de reencontrarme y conversar largamente (al amparo de unas enchiladas, una copita de tequila o simplemente el tradicional café en Samborns), con mis queridos colegas y amigos directores y compositores con quienes compartimos la pasión por el mundo coral : AURELIO TELLO, JORGE COZATL, JORGE CÓRDOBA, HORACIO CERRUTI, MARCO UGALDE, PATRICIA CARBAJAL, JUAN CARLOS ALVAREZ, NOEL GARCIA, RAFAEL RIVERA, GASPAR GAMBOA y MARGARITA JIMENEZ. Fue muy emotivo también el reencuentro en la bellísima ciudad de Cuernavaca con dos grandes artistas y queridos amigos de muchos años: el poeta DIONICIO MORALES y el pintor FERNANDO HIDALGO.
Gracias a la calidez humana de todos ellos tuve una vez más la sensación de que nunca me había ido de México.