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Hondarribia se rinde a Javi Busto en su Homenaje, por Chema Morate

Publicado por el 22 November 2014 3 Comentarios

Festejemos Santa Cecila viviendo, a través de las palabras de Chema Morate y de los vídeos de Víctor Gallego, el concierto “La Mirada Azul”: muestra del extraordinario trabajo del mundo coral vasco revolucionado por la impronta imborrable de un personaje clave al que queremos y admiramos todos. Los creadores y cantores que han aprendido, crecido y se han consolidado en torno a Javi Busto así han celebrado, con él, tantos años de siembra.

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Hondarribia se rinde a Javi Busto en su Homenaje

Emocionante y fantastica muestra del mejor canto coral

Con motivo de su reciente sexagésimo quinto aniversario y de la salida al mercado de su biografía autorizada Begirada Urdina-La mirada azul, obra de Elena González Correcher, un grupo de cantores siempre próximo a él, reunió hasta 37 colegas dispuestos de nuevo a dedicarle su tiempo y su saber, de modo desinteresado y por puro cariño y satisfacción, para constituirse en coro bajo el mismo nombre que la publicación: Begirada Urdina Korua y rendirle un más que merecido homenaje. Tras varias opciones, se optó por la mejor, la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción y del Manzano de su pueblo natal, la Hondarribia que tanto ha paseado por el mundo: capacidad amplia, belleza arquitectónica y de mobiliario y un acústico magnífico para tal acontecimiento, además de abierta colaboración, que se fijó a las 20 horas del sábado 15 de Noviembre, fecha memorable para el protagonista médico, director de coro, compositor y maestro, Javier Busto Sagrado.

LaMiradaAzul-15-11-2014

El programa debía ser de un nivel proporcional a la figura del homenajeado; surgió la genial idea de proponer a 4 de sus cantores, hoy compositores de 1ª línea, que dedicaran una obra a Javi, su orientador y promotor. Cumplieron y, junto a la que él mismo añadió, nos dieron la oportunidad de disfrutar de 5 estrenos absolutos, caso infrecuente en programas y coros. Se completó así un repertorio distribuido en dos partes, sacro y popular, cuyo listado abría y cerraba Busto, con los 4 amigos-cantores-directores en el centro.

Los coros de Javi siempre entraban en escena de modo procesional con un tema de su cosecha. Mantuvo esa línea presentando así su nueva Salve, neo canto llano en el desfile hasta el altar mayor y, una vez ubicados, atacarla en polifonía de cierto sabor antiguo, fiel al texto en su significado sacro: muy sentido “en este valle de lágrimas” y emotiva invocación final a la “pía y dulce Virgen María”. Vino después su Misa “S. Francisco Javier”, que gratifica su nombre y el día en que acabó de componerla, el de su festividad; carga añadida la dedicatoria a la memoria de un pariente cercano recientemente fallecido; como es propio en sus facturas, no hay nexo musical propiamente dicho entre sus números, pero sí y como “marca de la casa”, una interpretación íntima y clara de la literatura de cada uno de éllos; escrita como brevis y a dos coros, ambos se alternan imitándose o superponiéndose en las imprecaciones del Kyrie, inician “gloriosamente” el Gloria, como hace el Sanctus con un tratamiento tímbrico que parece hacer  venir el sonido de lo alto, rematándose el Benedictus con un “llenos están los Cielos” que va creciendo por adición de voces en forma cautivadora, y cerrándose la Misa con un Agnus de carácter orante que alcanza, plena, la “paz” final; puede ser útil para un Culto refinado.

Y llegó el 1er. estreno en manos de la soprano Junkal Guerrero (Andoain, 1968): Pater Noster. Obra para los 14 hombres del coro, que trasluce el afecto al maestro desdetodos los puntos de vista, con algún atrevimiento tonal y cita directa tras el“sed liberanos a malo”. Como directora se mostró muy musical de cara y gesto,lo que fue de gran ayuda para la belleza del resultado.

La antífona para Jueves Santo, Ubi caritas et amor, fue el texto elegido por el tenor Josu Elberdin (Pasaia, 1976) para su estreno, en el que aportó también grandes dotes de dirección. Su trabajo es sencillamente espléndido y nos atrevemos a vaticinar que será muy cantado por los buenos coros. No olvida el gregoriano original pero lo viste y lo recrea con enorme sensibilidad y talento; la versión fue una preciosidad.

Llegados a final de parte, hay que decir que el coro funcionó a gran nivel; cantores avezados, a quienes su buena técnica vocal ha permitido llegar a la madurez sin vibratos, con sus timbres coloreados y un poso musical, hábil para montar el programa con los pocos ensayos disponibles (el Conservatorio Francisco Escudero de Donostia colaboró y puso aulas a disposición) y las distintas manos a que había de atender; hubo que afinar mucho el oído para apreciar algún ataque no rotundo o alguna leve imprecisión, pero su labor fue extraordinaria, más teniendo en cuenta lo que se les propuso; de especial  mención el trabajo de las sopranos en tesituras y dinámicas que parecen imposibles, los unísonos (siempre piedra de toque) colocados y empastados de tenores y el peso de bajos con notas graves limpias y sonoras; todos/as con una línea natural; las altos siempre cumpliendo con soltura a  este nivel, contratenor incluído.

Y con estos excelentes mimbres pasamos a lo popular, abierto por la alto Eva Ugalde (Donosti, 1973), atractiva figura, que puso música al poema de la soprano Josune López, Hitzak-Palabras, que el coro hizo de memoria por tener que usar ambas manos en la interpretación; esta primicia tiene a los hombres como base rítmica con pitos, palmadas en el pecho y exclamaciones en la 1ª sección, a las mujeres con palmadas en ambos muslos en la 2ª y torna a la 1ª; los temas son cantabiles y el resultado efectista, típico para un buen encore que remate esos conciertos a gusto de todos; Eva lo condujo extrovertida, atenta a mantener siempre el ritmo. La última novedad se creó sobre texto de X. Lete, por el bajo Xabier Sarasola (Beasain, 1960), Maiteagoak-Más queridos, hermosa melodía vertida por los hombres con mucho sabor a la tierra natal, tan sensible como su Director y su comunicación con el coro, en la que a veces decae un punto la tensión por exceso de finura; también es pieza para apreciar.

Y vuelta de Busto para el cierre, con 4 de sus títulos por él elegidos.

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JosuneLópez-15-11-2014Su armonización de Tres nanas cántabras, obra obligada de Concurso; son tres perlas delicadas que invitan a volver a nacer para ser acunado por éllas; la 3ª termina con todo tipode juegos vocales y un etéreo tarareo de la soprano solista que suena aimprovisatorio, para redondear lo emotivo del trabajo; a las manos de Javi elcoro respondió con auténtico mimo. Siguió una de las especialidades del maestro: el tratamiento musical de los textos poéticos y su ritmo interno, estavez sobre el conocido Poema a un olmo seco de Antonio Machado; obra preciosista e íntima a la vez, que canta la lectura con momentos vibrantes como el de los tenores o con esas “repeticiones Busto” que señalan palabra o frase trascendentes para que el oyente se sumerja en la propia intención de poeta y músico. Nueva armonización sobre Ez nau izutzen elhurrak-No tengo miedo, tema lírico popular vestido con la tranquilidad que transmite su propio título. Y como final, la pieza que compuso para la boda de su hija Ana, Gerezi Garaia-Tiempo de cerezas, donde Josune volvió a proporcionar las palabras; obra de cierta dificultad tonal en la que parece recuperar tintes de su estética compositiva inicial, con acordes que se abren como los brazos de las palmeras en los fuegos artificiales.

Hasta aquí la belleza de un concierto-homenaje, que llenó al completo el templo y que nos llevó al merecido: Tiempo de regalos y emociones.

Tras las ovaciones conseguidas, el buen presentador bilingüe euskera-castellano que había presentado el acto, anunció entregas a un emocionado Javi, que había acariciado tenuemente a su inseparable Maruchi; ramos del Coro Eskifaia (su 1er. coro estable que él mismo creó en Hondarribia, con el que obtuvo galardones por media Europa y España), de los propios cantores del Begirada Urdina Korua, del Ayuntamiento local (colaborador inestimable) y placa del de Tolosa; y la invitación al canto común, algunos añadiéndose al mismo Korua, para un emocionante Nerea izando zen-Habría sido mío, más las voces sentidas de gran parte del público desde sus asientos, particularmente los mayores, que nos asomaron brillos en los ojos, azules o no; y ¡cómo no!, el Ave Maria de Busto, su obra más internacional, América y Asia incluídas, como punto final y paso al desfile de amigos entrañables y colegas venidos de variadas partes, que quisieron dar en un abrazo, testimonio de reconocimiento, cariño y admiración a un defensor, propagador y enaltecedor del Canto Coral de su Euskalerría querida y de toda España. Larga vida y gracias, Javi.

Chema Morate


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