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XIV Antigua Abesbatzak Lahiaketa: entrevista a Eva Ugalde

Publicado por el 31 May 2012 Sin Comentarios

El sábado 2 de junio, a las 18:00 h. se celebra en la ermita de La Antigua de Zumarraga, el XIV Antigua Abesbatzak Lahiaketa en el que intervendrán cinco coros de Voces Iguales.

– Ganbara Gazte Abesbatza de Oñati (Gipuzkoa), dirigido por Aitor Biain Bidarte

– Coro de Mujeres del Coro Ametsa de Irun (Gipuzkoa), dirigido por Fernando Etxepare Gómez

– Cor de Noies Exaudio de Igualada (Barcelona), dirigido por Julia Sesé Lara

– VokalArs de Madrid, dirigido por Nuria Fernández Herranz

– Coro Masculino de El León de Oro, dirigido por Marco Antonio García de Paz

Todos los coros deben interpretar una de las obras de Eva Ugalde, Compositora Oficial de esta edición y tras el certamen, cantantes y público interpretaran una canción popular arreglada por Eva para la ocasión (Begi Urdin) y tendrá lugar una mesa redonda en torno a la música de la compositora y los coros de voces iguales en la que participará ella misma  y los directores de los coros concursantes.

La organización del certamen comparte con nosotros esta  interesante entrevista a Eva Ugalde

¿Cómo le llega la inspiración? ¿Cuál es su proceso de composición?

La inspiración llega de cualquier parte en cualquier momento. No hablo de ideas geniales, sino de pequeñas ideas musicales que ilustran un momento de tu vida: un amanecer, un paseo entre árboles, la lluvia golpeando las ventanas, una multitud de gente a tu alrededor, un texto interesante… cualquier momento de tu vida cotidiana tiene su “banda sonora”. Después viene el “oficio”, la técnica para perfilar esa idea musical, desarrollarla y que llegue a convertirse en una pieza con sentido.

¿Hay diferencia a la hora de componer por encargo?

A mí (que vengo de familia de modistas) me gusta hacer la comparación con lo que sería confeccionar un traje a medida. Cuando alguien te encarga una música te puede dar muchos datos: si es para alguna ocasión concreta, con qué tipo de voces contamos, el nivel de dificultad, el tema incluso un texto sobre el que trabajar. El contar con tantos datos cierra bastante el abanico de posibilidades, pero por otro lado tener el camino tan definido facilita bastante el proceso.

¿Tiene en cuenta a la hora de componer si la partitura es para un coro infantil o para uno de voces blancas adultas?

Siempre. Cada coro tiene unas características muy definidas: ámbito de las voces, temática de los textos, posibilidad de más o menos movimiento, etc. y a la hora de escribir algo me gusta respetar esas “líneas maestras”. Otra cosa es que ciertas composiciones (generalmente sacras) sean susceptibles de ser interpretadas por unos y por otros sin perder su identidad.

¿Canta sus composiciones? ¿Son las partituras que le gustaría encontrarse al llegar al coro?

A lo largo de mi vida como coralista he tenido la inmensa suerte de trabajar con directores que han introducido música mía en su repertorio. Y como creadora es una sensación maravillosa. Además se puede aprender mucho cantando las obras de uno mismo ya que sufres los errores en propia carne…

¿Primero es el texto y luego la melodía, o al revés?

Aquí hay diferencias de opinión entre los compositores. Yo lo tengo claro: si el texto es de uno mismo se puede permitir el adaptar ese texto a una primera idea musical. Si no, el texto siempre manda. Yo soy malísima escribiendo textos (por no decir nula) y siempre ando a la caza de textos interesantes o inspiradores. En este sentido también he tenido la suerte de contar con gente que escribe muy bien y que me ha permitido musicar su trabajo.

Un texto bien hecho tiene su propio ritmo, sus puntos de interés, su propio ambiente… y la música debe respetar y potenciar esas características, no “pegarse” con ellas.

¿Qué siente cuando asiste al estreno de una de sus obras?

Aunque sea una frase muy manida, siento mariposas en el estómago. Es una deliciosa mezcla de pudor y curiosidad. Es el momento en el que uno realmente se desprende de la obra, que pasa a ser de todos. También es el momento en el que te das cuenta de lo que funciona en la pieza y lo que no.

¿Cómo ve el panorama para los compositores actuales? ¿Cuáles son las plataformas o las maneras de darse a conocer?

Depende de cómo se mire. En general es muy difícil vivir de la música, y mucho más de la composición. Sin embargo, una vez asumido esto, creo que vivimos una época tecnológica que nos permite una difusión rápida de nuestro trabajo. Hoy creas una música y en un mes se está cantando en Japón. En ese aspecto creo que la función de los editores es importante; ellos mueven tu música, la difunden y la distribuyen porque lógicamente, a ellos también les interesa.

En el mundo coral contamos además con un plus: la mayoría de compositores somos o hemos sido coralistas y eso crea una cercanía, una sensación de que todos (compositores y cantores) estamos en el mismo barco. Por otro lado, las composiciones corales suelen ser obras de pequeño formato. Estas dos circunstancias hacen que los directores se animen sin complejos a encargar obras directamente a los compositores.

¿Cómo definiría sus composiciones?

Puf, es difícil responder… creo que las definiría como vitales, en el sentido de que todas intentan ilustrar momentos, sentimientos o sensaciones que surgen en mi vida cotidiana.

En el aspecto técnico, se trata de composiciones sencillas, tonales, muy estructuradas, a menudo con ritmos asimétricos y bastante densidad armónica.

¿Existe la composición femenina, como dicen que existe la literatura femenina? ¿Marca diferencia el hecho de ser mujer?

Yo de momento soy incapaz de adivinar el género en una pieza musical. Creo que hombre y mujeres llevamos dentro la dualidad en muchos aspectos y uno de ellos es la masculinidad o feminidad. ¡Sólo se trata de porcentajes!

Partiendo de la idea de que una composición no es más que una expresión de la persona, creo que el resultado final depende más de tu momento vital, de cómo encaras los acontecimientos, de cómo filtras tus experiencias que del género en sí.

Sin embargo sí me gustaría dejar constancia de que el hecho de ser mujer todavía es un hándicap a la hora de sacar el tiempo necesario para la creación. Conciliar la vida familiar, laboral y creativa es toda una odisea. Creo que en ese sentido las mujeres no delegamos lo suficiente. El tema es: no podemos? O no queremos?

En las escuelas se estudia música, se enseña a tocar un instrumento, a cantar… ¿se enseña a componer? ¿cómo se debería potenciar este campo?

En las escuelas de música y conservatorios tenemos las herramientas para enseñar a componer, me refiero a que ya existen asignaturas encaminadas a la escritura y la creación. Cualquier ejercicio de armonía un poco trabajado puede ser una pequeña composición; lo mismo pasa con una improvisación en una clase de acompañamiento o de piano complementario. La cuestión está en poner en valor esas pequeñas producciones, por ejemplo organizando conciertos de estreno de obras en el mismo centro de enseñanza, creando bandas sonoras con pequeña percusión con los más pequeños, etc.

Está claro que la composición necesita esa parte técnica, ese “oficio” que lleva tiempo conseguir, pero hay que empezar a desmitificar la figura del compositor como alguien especialmente dotado que está todo el día metido en su mundo de escalas y semicorcheas.

Por otra parte tenemos todo un abanico de software que permite a los más marchosos crear música electrónica fácilmente…. ¿por qué no enganchar por ahí a los adolescentes en la enseñanza general?


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