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Homenaje Coral de Valladolid a Javi Busto, por Chema Morate

Publicado por el 25 March 2014 Sin Comentarios

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Homenaje Coral de Valladolid a Javi Busto: Historia de una emoción y “El desfile del amor”

Nos remontamos a Mayo de este 2013. La Coral “Valparaíso” de Valladolid quería celebrar el 10º aniversario de la dedicatoria de la canción Esta tierra” que, sobre poema de igual título del poeta vallisoletano Francisco Pino (1910-2002), les había hecho Javi el día de San Fermín del 2003 desde su Hondarribia. “Algo habrá que hacer”, comentaron directiva y director; y decidieron “¿por qué no un Homenaje, que bien se lo merece?”; “ya pero es más complicado y exige un presupuesto”. Entonces meditan, reflexionan y la Presidenta habla con “el cuñao” (¿cuántos negocios no se ultiman a través de ese grado familiar en esta España?). Y Jesús Vega se plantea un sueño: algo más grande que capitanee “Valparaíso” para disponer de infraestructura administrativa y que, además, “ha de ser una SORPRESA total para Javi”.

Ese deseo hoy, con Javi protagonista y el mundo coral en el tajo, parecía irrealizable. Jesús, impertérrito, dijo “hablaré con mi hermana Maruchi”; y es tan firme, preciso, detallista y cuadriculado (o sea, ingeniero), que convirtió a la menor de sus hermanas en cómplice absoluto y colaboradora imprescindible para empezar a ejercer de espía y ocultadora, simultáneamente, contra su “inocente” marido. Y élla fue responsable de que Jesús contara conmigo, para perpetrar este suceso en el que se fue convirtiendo el proyecto.

Chema Morate y Coral Valparaiso

Mi 1er. contacto oficial con “Valparaíso” (tras la previa con Jesús) se realizó en su local de ensayos: Junta directiva y el ya constituido Comité Organizador, que compartían a Carmen López como Presidenta (que siempre creyó en el proyecto, lo apoyó y lo sostuvo hasta el final), y 3 miembros, más Jesús como Coordinador y servidor de vds. como “asesor musical”. Yo llevaba mi idea más o menos pergeñada y la planteé; discutimos idea, presupuesto, lugares de celebración, participantes obligados o no, invitados, fuentes de ingresos, protocolo, título, mantenedor (este gorro me fue impuesto de inmediato, a pesar de mis protestas; y, claro, acepté encantado, pero serio, como para despistar), … , y acordamos. Se deberá llamar “Homenaje coral de Valladolid a Javi Busto” . Coral porque era ése su mundo y el nuestro; y de Valladolid, porque aquí fue donde comenzó su historia en ese ámbito y que, aprovecho ahora para agradecerle públicamente, nunca ha renunciado a élla en sus curricula, extendidos hoy por todo el mundo. Recibido el plácet, el Comité tomó el timón y empezó a navegar. Elegimos el Teatro Zorrilla de Valladolid como sede, porque yo había oído en él música en 3 ocasiones y su acústica era buena; Javi lo conoció antaño cuando había matinales de cine “de Arte y Ensayo”, y ahora disfrutaba de una rehabilitación arquitectónica y teatralmente perfecta; está ubicado en el corazón de la ciudad, la Plaza Mayor; y su aforo nos permitía garantizar un lleno, sin que la SORPRESA corriera riesgos, ya que no podía haber carteles ni prensa previa que alertasen al homenajeado a través de cualquier fan bienintencionado. Problema: presupuesto. Y ahí surgió el enorme papel de nuestra Diputación Provincial, la propietaria, y su Diputado Presidente del Area de Cultura, que lo hicieron accesible, no sólo para la Sala sino para toda su estructura, básica en la logística del proyecto y, aún más, por posibilitar un ensayo de movimientos y prueba de sonido una semana antes; nunca agradeceré bastante a la Organización, su habilidad en conseguirlo y a Diputación en permitirlo y estar con nosotros hasta el final. Esta gestión fijó la fecha: mejor el 18 de Marzo de 2013, a las 20’15 hs…

Propuse un listado de Coros posible de entre los treintaitantos activos en la ciudad, que tenía para mí dos puestos obligados: inicio para “Valparaíso” y Toño Redondo, organizadora y anfitriona, y final para el de “la Universidad de Valladolid” y Marcos Castán, porque ahí nació Javi como músico. El resto era un problema a priori, porque todos se sentirían probablemente honrados en poder estar; hablar de calidad es siempre peligroso porque, salvo honrosas excepciones, todos los coros amateurs del mundo piensan que la tienen sobrada; por mí, que presumo de conocer por experiencia larga este ambiente, fijamos 1º el nº de participantes en 6, ya que iba a pedir 2 obras de Javi a cada coro y otra de su elección, pues no quería en manera alguna perturbar su normal vida coral, ni que el Homenaje fuese su objetivo prioritario sino de su gusto, y que lo que eligiesen pudiese pasar a formar parte de su repertorio habitual, no pieza de un momento … y ¡adiós!. Me aceptaron un principio unificador que no debería herir susceptibilidades: coros cuyos Directores hubiesen tenido una relación amistad-alumno con el Busto Profesor y que, ahí sí me mojé, diesen un mínimo de calidad musical ya que los asistentes y, sobre todo el Javi compositor-Director, merecían ese trato. Si los coros no respetan al público y a la música que cantan, no pueden esperar que ellos les correspondan. Y así surgieron los nombres de Jorge Colino y Valentín Benavides (que además lo tuvo como Jurado), lo que me permitía  tener una Escolanía presente, ya que esos fueron mis principios y las creo imprescindibles; Javi también y su música para niños es tanta y tan apropiada, que exigía su escaparate propio. Ellos, todos, se han ganado mi respeto, porque me/nos han aguantado, dóciles y cumplidores, lo que no cabe en un escrito: reuniones, hojas informativas, gráficos, nuevas hojas, ensayo seco, … Gracias!.

Así que contactamos con cada Coro para proponerles idea y proyecto. La respuesta fue magnífica. Reuniones con Presidentes y Directores, de las que Jesús levantó correspondientes Actas. Se les ofreció material de Javi para ampliar lo que algunos conocían. Ellos decidieron: “2, no; las 3 deberían ser de Busto”, para nuestra satisfacción. Tras la Feria de Septiembre, reunión ya con repertorio elegido por cada quién, ajustado por suerte y algún consejillo, a características de variedad, posibilidad y temáticas; y creo que la propuesta final ha sido acertada y el muestrario de obras -19-, dentro de nuestro nivel general, interesante.

Y la Organización comenzó sus rutas petitorias y vuelta a contar a todos de gestiones, porque Jesús siempre ha hecho partícipes de todo, a todos. Y otra de sus ilusiones, que la música a interpretar tuviera vigencia intemporal y posibilidad de conocimiento y canto por más Coros, lo que demandaba una publicación no venal del repertorio del Homenaje, que se regalaría a todos los cantores intervinientes y sus Directores, sirviendo de “uniforme común” y entrada a todos el día de autos. Era básico el papel de Maruchi, como administradora de la común editorial “bustovega” y empezaron a acrecentarse sus sudores, pues era un trabajo duro y el cerco de Javi tras su jubilación médica, intenso; pero los cerebros femeninos que sacamos de fábrica en Valladolid, dan de sí para eso y más, y lo consigue. ¿Y quién financia?. Y otro gran acierto del Comité: contactar con Alcaldía y, dossier en mano, convencer al 1er. edil (que fue antiguo Prof. de “Gine”) del interés del proyecto; generosamente, accedió a que la Imprenta Municipal lo editara (precioso trabajo en el que se lucieron los retoños Busto Vega), junto con un más que digno Programa de mano, cuya redacción y maquetación me correspondió a petición propia. Gracias especiales al Ayuntamiento porque, algo que lleve “de Valladolid”, debe contar con el 1er. ciudadano de cada momento, que es el Alcalde; y el nuestro estuvo en la ayuda y en  presencia física en el Homenaje, con los Grupos municipales acompañando, certificando el título dado al Homenaje.

Y entre col y col, surge otra historia. Valentín González de Garibay, matemático amigo de Jesús, antiguo cantor del 1er. coro que dirigió Javi, “Ederki”, formado por estudiantes vascos entonces en nuestro Distrito, algunos simultaneándole con el “Universitario”, y ganadores de un 3er. Premio en Tolosa’75, le propone: “¿podríamos participar en el lío que estáis montando los veteranos de entonces?; haríamos lo que determinaseis sin condición ninguna; sólo nos gustaría darle una sorpresa y un abrazo”. Jesús, que me ha respetado absolutamente en mi función adjunta, quizá por edad y algo por experiencia, favor que para mí será impagable siempre, me lo cuenta, me gusta la idea y digo pretencioso: “perfecto, ya está, día laborable, son de mi tiempo, salvo excepciones cantarán poco, como mucho serán 20 ó 25, pues que vengan y les sumamos al Canto común”. Pero ¡ay! amigos; absorbido por la mecánica general tan complicada, olvidé que eran los que yo conocí, con muchos hombro a hombro, en su mayoría vascos y cultos y por éso, corazones como plazas mayores, decididos, generosos, amantes del Canto coral y un aprecio por Javi que no les iba a limitar; y su contador fue subiendo; Marigeli (¡qué persona!) y Valentín (¡qué valores!) iban informando: “somos 31”, “ya 38 y querríamos cantar algo, ¿podríamos?, si no se puede, no”. Y empezó a rompérseme el alma ante tanta buena gente; y llegaron a 42 cantores y 51 en total. Y se pasaron sus partituras en las que recuperaron el Kantuz (Cantando) de su Tolosa’75 y la popular y sentida Maitia,nun zira? (Bien amada, ¿dónde estás?), y añadieron Esta tierra”, “¡porque es de Javi! y si podemos, si nos dejan …; dirigiría Arturo Goicoetxea”. ¿Y quién se niega ante tanto desinterés, sacrificio y, sobre todo, cariño a nuestro homenajeado?. “Pues que estén porque nos van a redondear el acto”. Y acertamos y hoy estamos más que contentos de haber compartido un momento tan íntimo de amor. Javi dijo: “esto me supera; algo intuía, pero esta cuadrilla …” Y el azul ahora tan ponderado de sus ojos, se tornó glauco con dos asomos de lágrima, porque hasta este guipuzcoano tan recio, guarnecido de la misma generosidad que le rebosa, hubo de claudicar ante “El desfile del amor” que presenció en el Teatro Zorrilla de Valladolid, como antaño se produjo en esa misma Sala el estreno de ese mismo film, 1º sonoro y en color que llegó a la capital, y reflejar en el rostro la emoción que se le había generado.

Esta Tierra

Perdón por la mía también, incluso escribiendo. No se me olvidó que hubo 6 protagonistas: la propia organizadora Coral “Valparaíso” (su Tonada del viejo amor, Falú-Busto, nos puso en ambiente), Coro “Vox vitae” (casi novicios, entregados, recuperaron los tríos engañosos por dificultad de Medina del Campo, la pieza que Javi dedicó a aquellos famosos Cursos de La Mota), Asociación Coral “Harmonia” (con solista compañera de antaño en Ave Maris Stella y lo que pedíamos bastantes: No lloréis mis ojos, Donostia-Busto), Coro infantil “Harmonia Pueri” (ruptura emocional con su entrada procesional Kanta Cantemus y gozo en Banbotte Batean y Atxa mitxa, cuyo perfecto agudo final puso en riesgo uno de los focos), Coro de cámara “Alterum cor” (otro nivel vocal diferente pero también sometido a la presión del autor presente; el Ave Maria que fue dedicado al recién fallecido Delicado Baeza, 27 años Pastor en la Diócesis, no cobró toda su emoción hasta el fulgente “Sancta Maria”; a tope ya en O Magnum Mysterium) y Coro de la Universidad de Valladolid, que le impuso la Beca de Miembro de Honor por acuerdo unánime, principio de toda una historia coral que hoy nos enorgullece (devolvieron su regalo de cincuentenario Lux fulgebit y estrenaron el famoso Sagastipean que ha recorrido el mundo, prueba de fuego para cualquier coro). Y el Vicerrector de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria le regaló, en nombre de la Universidad, un CDroom con el Beato de Santa Cruz  joya de su Biblioteca Histórica, y el Presidente de “Santander-Universidades” junto con Centro “Buendía” de la Universidad, un precioso ejemplar de “Universidad: una historia ilustrada”, fotografías de la vida de las europeas de antaño. Y en el Canto común que se le invitó a dirigir, donde se integraron hasta 130 (la Ley de seguridad no permitía más) de los 283 cantores de los 7 coros participantes, la Presidenta de “Valparaíso”, que tantos egos ha sacrificado en beneficio de este “Homenaje coral de Valladolid a Javi Busto”, le entregó en nombre de todos los vallisoletanos, una hermosa cerámica de su compañera artista Chele Ortega, que representa Esta tierra, el fino y límpido poema de nuestro poeta que tan bien nos describe “donde se escucha volar aunque el sonido se pierda”. Gracias a ti Javi Busto por ser como eres, te lo merecías. Y luego cena y cantos y regalos para los Directores y mí; y cabían 90… pero fuimos 115, y los Vega estaban contentos y los Busto, Ana se apañó para estar, creo que también. Laus Deo.

Chema Morate

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