Landarbaso Abesbatza, por el Coro Landarbaso Abesbatza

Antes de retomar los ensayos para el nuevo curso 2012-2013, Landarbaso Abesbatza hace valoración del verano que ha sido tan intenso musicalmente. Un concurso internacional, conciertos de todos los formatos, concierto en la Jornada Inaugural de la Quincena Musical y sin duda seguir ensayando e intentar mejorar ha sido el trabajo en el que el grupo ha estado últimamente.

A principios de julio llegaba uno de los proyectos más importantes para el coro en pasado curso, el Concurso Internacional de Spittal an der Drau, en Austria. Ser seleccionado entre más de 200 coros que querían tomar parte en este concurso de carácter internacional fue un gran honor para Landarbaso Abesbatza, y es por ello que asumiendo la responsabilidad el coro trabajo duro durante el curso para poder hacer un gran papel.

Uno de las características que hacen que dicho concurso sea tan especial, es la gran implicación del coro anfitrión en la organización del mismo. Es por ello que el primer dia del concurso empieza con un concierto del coro organizador donde cantan una obra por cada país de procedencia de cada coro, entre los que estaba Japón, Sudáfrica o Eslovenia. En el caso de nuestra música, el coro ofreció el bien conocido Sagastipean de Javier Busto, creando un momento mágico.

La verdadera competición empezó sin embargo la tarde del 6 de julio, donde cada coro ofreció su repertorio en la modalidad de folklore. En un Palacio Porcia a rebosar, Landarbaso compitió con Neskatx Ederra  de Xabier Sarasola, Kitolis de Luis Aramburu y Akerra Ikusi Degu de Jesús Guridi.

El siguiente día sin embargo fue de doble competición, por la mañana las obras obligadas y por la tarde el programa de libre elección de cada coro. Cambiando de escenario, por la mañana Landarbaso cantó las tres obras obligadas de tres épocas distintas, siendo las mismas  Musica Noster Amor de Jacobus Gallus, Beati Quorum Via de Stanford y Trinklied de Thomas Thurner, escrita en 2011.

La modalidad de polifonía la componían las sesiones de la mañana y de la tarde, siendo por ello importante seguir concentrados en la misma. Esa tarde y volviendo al Palacio Porcia, Landarbaso Abesbatza compitió con  Cantate Domino del compositor Josu Elberdin, Jubilate Deo de Matsushita y Kalejs Kala Debesis de Selga Mence.

Al final del día llegaron las valoraciones y puntuaciones del jurado, y destacando el jurado los “pianissimos” de Landarbaso y el esfuerzo del coro por las dinámicas, destacó también la energía que durante todo el concurso demostró el grupo. Yyy… Y así, llegó más tarde la alegría, ya que Landarbaso Abesbatza se llevó el Segundo Premio en la Modalidad de Polifonía.

El trabajo y el esfuerzo de todo el curso se vieron recompensados con el premio y la posibilidad de cantar en la sesión de clausura de un concurso internacional al día siguiente. Con la obligación de cantar dos obras en ella, Landarbaso escogió el Cantate Domino de Josu Elberdin para su actuación, y la segunda obra fue el Trinklied, la tercera de las obras obligadas que el jurado pidió que fuese cantado por el coro, que fue especialmente elogiado por el trabajo hecho en ella.

Tras la vuelta de Austria con un premio internacional en Polifonía bajo el brazo, Landarbaso Abesbatza tenía apenas un mes hasta su siguiente concierto importante del verano, el de la Jornada Inaugural de la Quincena Musical. Obras de Duruflé, Fauré y compositores vascos como Oñatibia, Guridi o Elberdin fueron los escogidos para el programa de concierto.

Así, el día 3 de agosto, la Jornada Inaugural de la edición —- de la Quincena Musical de San Sebastián se cerró con el concierto ofrecido por Landarbaso Abesbatza en el emblemático Museo San Telmo de San Sebastían. Con un público que abarrotaba el recinto y un grupo con ganas de ofrecer su mejor concierto, el coro ofreció obras tanto a capella como acompañados al piano por Oier Etxaburu que entrañaban importante dificultad. La diversidad de las obras y ofrecer un repertorio fuera de lo habitual para Landarbaso hicieron que el público apreciase el buen hacer del coro.

Culminó así un curso lleno de emociones y buena música para Landarbaso Abesbatza, que empieza ya sus ensayos del nuevo curso con ilusiones renovadas por trabajar y mejorar día a día como si fuese el primero.