Coro de niños de Tölz, por Rocío Sánchez
Rocío Sánchez adora la música coral y los coros de niños en particular, sobre todo los alemanes y en especial el mundialmente célebre Tölzer Knabenchor, de Baviera. Tan es así que ha creado un blog para difundir sus actividades en el mundo hispánico: Coro de niños de Tölz. Se peresenta a sí misma diciendo: “tengo 30 años, he estudiado Filología Hispánica y Traducción e Interpretación por Alemán y soy profesora de Música de Secundaria. Conocí al coro de Tölz cuando tenía 12 años, a raíz de las Cantatas de Bach dirigidas por Harnoncourt. ¿Qué más? Adoro la corriente historicista de interpretación, como se deduce del artículo y soy apasionada de este coro…”
Coro de niños de Töltz
Cuando tenía 12 años descubrí parte de un tesoro fonográfico: algunas de las Cantatas de Bach de la Integral de Teldec, dirigidas por Harnoncourt. Me llamó la atención el dinámico, vitalista, bien empastado coro de niños, que casaba a la perfección con el Concentus Musicus Wien. Para mayor goce, se contaba también con solistas infantiles en las partes de soprano y en algunas de contralto. Este aspecto del historicismo musical no suele cuidarse; no olvidemos que sólo después de la Revolución Francesa se permitió a las mujeres intervenir en el culto religioso. Las partes de soprano y contralto se adjudicaban pues a niños y muchachos (contratenores). Bach fue director del Thomanerchor de Leipzig los últimos 27 años de su vida. Las innumerables cantatas que habían de oírse en las cuatro iglesias principales de la ciudad, así como el resto de su producción sacra (Misas, pasiones, Magnificat, Oratorio de Navidad) estaban pensadas, por supuesto, para voces infantiles en las cuerdas más agudas. Sin embargo, la corriente del historicismo musical iniciada en los años 60 del pasado siglo ha descuidado este aspecto a lo largo de su desarrollo, sobre todo en lo concerniente al papel de los niños solistas. Claro que hay excepciones, y hemos de agradecer precisamente al Tölzer Knabenchor el gran trabajo realizado en este campo; pero vayamos por partes.
Fascinación infantil
Desde que era niña me han cautivado las voces infantiles. Esto va mucho más allá de mi fidelidad a los principios del historicismo, pues cuando tenía 12 años poco sabía de versiones, instrumentos originales, etc. En aquella época de mi formación musical a través de Radio Clásica y los discos de casa, la versión “buena” de una obra era la primera que hubiese oído y todas las demás resultaban extrañas por diferentes: “¡qué lenta! ¡Qué rápida!”. Sin embargo, enseguida descubrí la labor de Harnoncourt, Leonhardt, Brüggen y demás; aprendí a distinguir el sonido de los instrumentos de época y a captar las sutilezas interpretativas y, por supuesto, dejé inmediatamente de escuchar a Bach y Händel con la Philarmonia Slavonia. Este choque, sin embargo, no lo tuve en el aspecto vocal. Con 12 años, unos meses antes del mencionado descubrimiento, escuché por primera vez algunas cantatas de Bach de la colección de Teldec con aquel magnífico coro. El primer solista cuya voz admiré y reconocí fue Wilhelm Wiedl. ¿Quiénes eran esos niños de hermosa voz? ¿El coro de Tölz, qué es eso? Poco a poco descubrí que tomaba ese nombre por la ciudad donde fue fundado, Bad Tölz, en Alemania (todavía no lo ubicaba en Baviera).
Tres años después oí en la radio una versión del Oratorio de Navidad de Bach con este mismo coro y niños solistas soprano y contralto; buenísimos, por supuesto, en especial el alto Andreas Stein. Era la interpretación de 1973 con el Collegium Aureum, toda una primicia en cuanto al historicismo. Fue premiada con el Deutscher Schallplattenpreis. Por supuesto la compré inmediatamente. Tiempo después, gracias a Internet, pude descubrir muchas más grabaciones y entablar contacto con el coro. Hace tres años decidí ver por primera vez un concierto en directo, precisamente en la ciudad donde Gerhard Schmidt-Gaden lo fundara en 1956, Bad Tölz. Desde entonces, todo empezó a ir muy rápido y mi tölzermanía subió como la espuma: descubrimientos discográficos, suscripción a una lista de correos integrada por fans, asistencia a conciertos en Alemania (Irsee, Munich), Londres y Bilbao, conocimiento de varios de sus integrantes, creación del blog… ¿Quién iba a decirme a mis doce años, cuando derramaba lágrimas de conmoción ante la sublime belleza de aquellas voces, que en un futuro tendría un contacto directo e incluso felicitaría a algunos de los señores que, varias décadas atrás, grabaran las arias de soprano y contralto que aun hoy me dejan sin aliento? Wilhelm Wiedl, Panito Iconomou, Helmut Wittek…
Mas concluyamos ahora la narración de mi experiencia personal para conocer un poco mejor a este magnífico coro y el trabajo que ha desempeñado desde su fundación.
El milagro de Gerhard Schmidt-Gaden
Tras la II Guerra Mundial se creó en Bad Tölz (Alta Baviera) un grupo de scouts que, en sus caminatas, solía cantar piezas apropiadas para la marcha, como “Das Wandern ist des Müllers Lust [“Caminar es el placer del molinero”]”. Cuando el grupo se disolvió, un joven de 18 años tomó la iniciativa de volver a crearlo. Se trataba de Gerhard Schmidt-Gaden, quien por entonces concluía sus estudios de Bachillerato. El pequeño Gerhard mostró dotes musicales desde su más tierna infancia: ya con 6 años tocaba perfectamente el acordeón y desde muy niño destacó por su hermosa voz de soprano. Pronto estudió piano y órgano. En 1956 fundó el Singkreis Bad Tölz, más tarde Tölzer Knabenchor, a partir del antiguo grupo de scouts, como apuntábamos más arriba. Se trataba de hijos de campesinos, sin ambiente musical en las familias pero unidos por las ganas de cantar. El joven Schmidt-Gaden planteó desde el principio grandes retos, a pesar de las dificultades económicas con que contaba. Partiendo de la nada logró en pocos años que su Tölzer Knabenchor llegara a ser uno de los coros de niños mejores del mundo. Meses después de la fundación fue invitado por la radio bávara y en 1957 tuvo lugar su primer viaje de conciertos al Sudtirol y Trento. A partir de entonces, su carrera fue imparable: giras por diversos países, grabaciones discográficas, etc.
Gran influencia supuso Carl Orff quien, desde 1963, trabajó frecuentemente como director invitado y grabó con el coro su Schulwerk (“Música para niños”).
Aquellos hijos de campesinos pasaron en poco tiempo a cantar como solistas en óperas, recuperándose así los papeles destinados a voces infantiles que, ya desde hacía tiempo, los interpretaban mujeres. Pensemos en los tres niños de “La Flauta Mágica”, la voz del pájaro del bosque en “Sigfrido”, el Yniold de “Pelléas et Mélisande”, Amore de “Orfeo ed Euridice” de Gluck, el pastor de Tosca y muchas otras. Ya en 1971, solistas del coro de Tölz habían intervenido en “La Flauta Mágica” y “Pélleas et Melissande”. Poco después, Peter Hinterreiter y Walter Gampert, de doce años, fueron llamados al Festival de Bayreuth para interpretar el papel de los niños pastores en Tannhäuser. Un miembro de la familia Wagner había oído antes a Gampert y lo llamó motivado por tal descubrimiento.
El milagro se había producido. En pocos años, el Tölzer Knabenchor no sólo se transformó en uno de los mejores coros de niños del mundo, sino que recuperó mucho repertorio destinado a voces infantiles y sorprendió con la calidad de sus solistas. Ésa es precisamente la divisa de Schmidt-Gaden: que cada niño esté preparado para cantar cualquier papel solista; cada voz individual tiene su personalidad propia, su fuerza, lo cual no es obstáculo para que el coro en su conjunto empaste a la perfección. La técnica vocal es refinadísima, exquisita: impostación, dicción, dinámica, recursos expresivos… Schmidt-Gaden atendió desde el principio a estas cuestiones y se empleó en ello a fondo. Los primeros miembros del Singkreis Bad Tölz, motivados únicamente por la alegría de cantar (algo que no abandona jamás al Tölzer Knabenchor), vieron recompensado su esfuerzo. ¿Quién iba a decir a estos pioneros que estaban creando escuela?
Constitución del coro
Bad Tölz pronto se quedó pequeña para las ambiciones de Schmidt-Gaden, por lo que la sede se trasladó a Munich. Los niños son reclutados de los colegios: quienes tienen aptitudes se presentan a unas pruebas y, los que las superan, pasan a formar parte del coro 4, integrado por chicos de 6-7 años. En esta etapa aprenden solfeo, realizan ejercicios de coordinación música-movimiento e interpretan canciones infantiles o tradicionales. Las melodías populares de Baviera son indispensables en el repertorio del Tölzer Knabenchor desde sus inicios.
Superada esta etapa, los niños pasan al coro 3. Ya cantan a dos voces, amplían el repertorio, etc. El siguiente paso es el coro 2, que interviene de vez en cuando en actuaciones públicas, como los conciertos mensuales de Bad Tölz. En él se prepara a los pequeños cantores para la madurez concertística del coro 1, al cual se accede con 9-10 años. Es éste el de los solistas más experimentados, el del Tölzer Knabenchor que todos conocemos y cuya calidad nos deslumbra.
A diferencia de lo que sucede con otros coros de estas características, el de Tölz no se asocia con ningún internado: sus miembros estudian donde quieren y acuden por las tardes a los ensayos. “Los niños han de estar con sus familias” -afirma Schmidt-Gaden. Claro que resulta estresante compaginar las obligaciones colegiales con los conciertos, viajes y grabaciones que realizan anualmente, pero no les supone ningún problema; de hecho, sus medias en los estudios son muy elevadas. Acostumbrados desde pequeños a la máxima concentración, la aplican para todo. Durante los largos viajes los acompañan profesores que supervisan sus tareas escolares. ¿Y qué mejor complemento para la educación que conocer otros países, otras culturas, cantar en lugares emblemáticos, trabajar con orquestas y directores de renombre internacional?
Otra marca de fábrica de este coro es su alegría, su vitalismo: “Freude an singen”. Los pequeños artistas están ahí voluntariamente; porque les gusta cantar. Claro que han de realizar un duro esfuerzo y emplearse a fondo, pero son conscientes del privilegio que supone lo que hacen y transmiten en los conciertos y grabaciones ese goce, ese entusiasmo aplaudido por directores de orquesta con quienes han trabajado, como Nikolaus Harnoncourt o Bruno Weil, por citar sólo dos ejemplos. Realmente impresiona verlos tan felices y al mismo tiempo tan aplicados, atentos a cualquier indicación, dando el máximo de sí mismos y contagiándonos su disfrute al mismo tiempo que nos brindan audiciones únicas, mágicas.
El sonido original
Poco después de la fundación del Tölzer Knabenchor, Gerhard Schmidt-Gaden recibió una beca para estudiar en Leipzig con Kurt Thomas, quien fuera Kantor de santo Tomás (como Bach en su tiempo). Resultó ser un alumno inquieto e innovador. Desde el principio comprobó que lo que se estaba haciendo en Leipzig y en general no concordaba con lo estipulado en el Barroco: la plantilla coral era muy grande, cuando Bach pedía de tres a cinco cantantes por cada cuerda. Lo mismo sucedía con la instrumentación. Los tempi resultaban muy lentos. En fin, se seguía bebiendo de la tradición interpretativa del Romanticismo. Schmidt-Gaden preguntó a Kurt Thomas el porqué y éste le respondió que intentase él cambiar las cosas con sus Tölzer; así ocurrió, Como ya hemos apuntado.
Un hito importante en su carrera fue la colaboración con Nikolaus Harnoncourt desde fines de los 60 para intervenir en el gran proyecto de Teldec de llevar al disco la Integral de Cantatas de Bach. Así recuerda el octogenario fundador del Concentus Musicus Wien el momento en que escuchó por primera vez al coro:
“Por la noche fuimos a un concierto sacro en el que un coro de niños y hombres cantaba a Bach. Magnífico, vitalista, con significante frescura de la pronunciación y con una expresividad gozosamente apasionada. Esta experiencia fue para nosotros absolutamente inesperada. Eran los Tölzer con su vigoroso, atlético, joven fundador y director, Gerhard Schmidt-Gaden”. [Tomado de: “Tölzer Knabenchor – Ein Lebenswerk”, de Helga Schmidt-Gaden].
El coro y sus solistas intervinieron en la grabación de más de cien Cantatas del ciclo de Teldec. El tándem Harnoncourt- Schmidt-Gaden casa a la perfección, pues a ambos los caracterizan la vitalidad y el dinamismo y su concepción interpretativa resulta muy similar. Podemos apreciar este trabajo también en dos DVD’s de Deutsche Grammophon Gesellschaft: el Oratorio de Navidad y la Pasión según san Juan de Bach, éste último merecedor del premio discográfico Diapason d’or.
Otro punto culminante fue la grabación en el sello Capriccio de la Integral de los Pequeños Conciertos Espirituales de Heinrich Schütz con solistas excepcionales de la talla de Christian Fliegner, Philipp Cieslewicz, Bernhard Schmidt, Stefan Gienger, etc. Unos años después llevaron al disco la música coral sacra del mismo compositor junto a la Musicalische Compagney, formación con la que también han grabado los Salmos Penitenciales de David de Orlando di Lasso (premio Echo Klassik).
Bruno Weil y la Tafelmusik colaboran frecuentemente con el Tölzer Knabenchor: desde comienzos de los 90 ofrecen juntos conciertos en el Festival Klang & Raum de Irsee y han llevado al disco “La Creación” y las Misas de Haydn, así como el Requiem de Mozart. Otros trabajos que recomiendo son los Motetes de Bach, la Cantata de Herrenchiemsee de Johann Michael Haydn (Musica Bavarica), la Missa Longa de Mozart (Sony) y, en el apartado de la música tradicional bávara, “Frühling, Sommer, Herbst und Winter” y “Bergweihnacht” (para más información, cfr. el epígrafe “Discografía” en el artículo de Wikipedia).
Bibliografía empleada: Schmidt-Gaden, Helga: “Tölzer Knabenchor – Ein Lebenswerk”. Edición propia, 2006.
Sitios web: Coro de niños de Tölz (blog de Rocío Sánchez), Der Tölzer Knabenchor (web oficial), Coro de niños de Tölz (Wikipedia)