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La falta de “compromiso” deterioró un buen proyecto, por Chema Morate

Publicado por el 13 July 2011 Sin Comentarios

El programa Delibes canta nº 2 en el Auditorio de Valladolid como cierre de temporada, presentaba la Cantata de San Nicolás de Benjamin Britten, para orquesta de cuerda (28 en total: 8/6-6-5-3), piano a 4 manos, percusión (3), todos como O.S.CyL., órgano, tenor (Alain Damas), coro y 4 solistas voces blancas, coro mixto y coro de la asamblea, sobre texto de Eric Crozier, con Pep Prats como maestro concertador. Para la confección del coro mixto se invitó desde el Auditorio (es decir, desde la Administración regional a través de un coordinador) a la participación de coros amateurs de la Comunidad (no hay profesionales), aceptando 9 (2 dieron libertad libertad a sus cantores y lo hicieron a nivel individual aún preparados por sus directores).

Sabias palabras, como siempre, de Javi Busto no hace mucho tiempo, aludían al COMPROMISO como factor ineludible para que los coros amateurs tuvieran un nivel de calidad artística, adecuado para abordar proyectos serios de repertorio; (los que no aspiran a éso pueden hacer lo que quieran y harán muy bien). Y esto faltó en esta producción y, lo que es peor, desde la propia coordinación. No se puede volver décadas atrás, a seguir tomando a los coros como bufones del Señor: todo les es exigido, nada les es debido; con obligaciones pero sin derechos. No se ofreció ayuda económica ninguna para los desplazamientos de los de fuera de Valladolid, ni se les facilitó el material a interpretar (que hubieron de comprar, alquilar o fotocopiar por su cuenta), no pudieron disponer de agua embotellada (“”porque como sois muchos…””), no se hicieron todos los ensayos previstos (esta música no es fácil y había que ensamblar el conjunto), no se controló quién se sabía las partituras (se interpretaron también a cappella el Himno a la Virgen y los nºs. 2 y 5 de las Five Flowers Songs del mismo compositor) y quién asistía a los ensayos (en el general se estaba holgado y en el concierto superapretado), ni etc., etc..

El Sr. Coordinador adujo a este veterano y agotado luchador del y por el mundo coral, “”que si conocía otras situaciones similares””, como apuntando que siempre y en todas partes se hacía así; y hay que decirle, rotundamente, que hoy ya no; al menos donde los propios Coros han adquirido cierta dignidad artística, cosa ya de cierta abundancia e incluso, de cierta antigüedad y aquí mismo, en Castilla y León. Años han pasado ya desde que propiciamos 3 ediciones del Festival Coral de la Comunidad, donde se movían 36 coros por las 9 Provincias, viaje y cena pagados (nada de caché). La ilusión de poder cantar repertorio sinfónico-coral de cantores que no suelen tener ningún otro apoyo, no debe ser motivo para que se les tenga esa desconsideración, o al menos a mí me lo parece; personalmente tengo hecho un listado de obras sinfónicas cantadas, que aún no ha cubierto él con su instrumento profesional y con Orquestas de cierto nivel, como la ONE, RTVE, Sinfónica y Filarmónica de Madrid, Sinfónicas de la Radio de Oporto, de Estambul, de Brno, Filarmónica de Sevilla, etc., también con la de Valladolid (3 veces al año) gérmen de la actual O.S.CyL., o la de León, y nunca me/nos sentimos tratados así, desde los 70 a los 90.

Quizá convenga recordar al coreógrafo y maestro de muchos de los extraordinarios musicales que producía Hollywood, cuando exigía “medias de cristal” para toda su numerosa “chorus line”; el productor ejecutivo celoso del presupuesto le dijo: ¿para qué ese gasto si el público no lo distingue?”” y él le espetó “”pero las chicas sí y bailan de otra manera por ello””. Pues eso.

Y el compromiso de algunos que se apuntan “para estar” y que nos vean aunque no se nos pueda oir, ¿dónde está?, ¿quién lo controla?, ¿quién lo permite?. Ya se saben los comentarios obvios: a mí lo que me interesa es la música; si no estamos, habrá represalias; total, ya que hemos trabajado.

Y yo me pregunto: ¿de qué sirve el buen trabajo de Marisa, de Jorge, de Valentín, de…, si luego han venido quienes ni pueden ni quieren?. Resultado: la falta de afinación, timbre, color, empaste, ataque y emisión de bastantes, perjudica aquello que se dice defender: la Música, y la versión es muy pobre, sin tensión ni intención. Afortunadamente, los que fueron bien elegidos, escolanos de Aº Valbuena de León y Harmonia Pueri de Valladolid, fueron lo mejor del concierto para sorpresa de todos, menos para quienes conocemos cómo trabajan sus Directores.

Me gustaría que, si hay ediciones sucesivas, los Coros tengan más autoestima y el Auditorio los valore, procure que estén los realmente interesados y les prepare vocalmente mejor. La Música y este humilde cascarrabias seguro que lo agradecerán.

Chema Morate



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