Conocimos a David Azurza en el último encuentro de Corales juveniles de Tomelloso, al que fuimos amablemente invitados por su director, Javier Benito, y al que acudió David con su coro de niños, Hodei truk. Ya conocíamos su trabajo como compositor y arreglista para coros infantiles y juveniles, sin duda uno de los mejores del panorama nacional, pero su labor al frente de su coro nos fascinó.

Tuvimos ocasión de verle otra vez en la clausura de el curso de dirección que organiza la Asociación Ágora en Segovia, y le planteamos la posibilidad de venir a trabajar con El Coro Escolar de Hortaleza algún fin de semana. Su respuesta fue inmediata, y, a pesar de su apretada agenda, consiguió hacernos un hueco para el fin de semana de 2, 3 y 4 de diciembre. La idea era realizar un taller intensivo el sábado, en el que David trabajaría  aspectos de sonoridad y técnica vocal, así como, algunas obras suyas que estamos montando para los conciertos de Navidad.

A las 9:00 de la mañana allí estamos, dispuestos a tomar un buen desayuno. Mientras disfrutamos de los panes con aceite y tomate ,David nos regala una partitura navideña, que había compuesto hace años, y que ha traducido al castellano para la ocasión, y nos ofrece la posibilidad de montarla con los niños.  La respuesta no puede ser que un “muchísimas gracias”, y un “por supuesto que si”. Nos llena de alegría aprender una nueva obra, y para los niños será una sorpresa y una nueva motivación. Ahí se ve la gran calidad humana y profesionalidad de David, que siempre va un paso más allá, siempre ofrece algo nuevo.

A las diez, ya aparecen los primeros muchacho, como siempre con ilusión y mucha curiosidad. Algunos ya conocían a David del encuentro de Tomelloso. Comenzamos puntualmente, y tras las presentaciones, empieza el trabajo . David es un maestro de la técnica vocal, no solo de su interpretación, sino, y especialmente, de la transmisión fácil y divertida de conceptos técnicos complicados, Teníais que ver la manera tan sencilla de explicar las cosas, tan amena, y por supuesto los resultados sonoros que consigue. Los niños hacen la moto, el tren, ponen cara de bobo, de sorpresa… en fin se lo pasan en grande a la vez que aprenden.

Comienza a desgranar las obras propuetas, y nos deja una idea clara. Asignar a cada obra una palabra, una sensación que la defina. Alegría, ternura, ritmo, elegancia… palabras que van desfilando. Su dominio de la partitura es espectacular, sabe lo que hay que conseguir en cada momento y como hacerlo. Los que trabajamos con niños sabemos lo difícil que es esto. Los peques están ya entregados, y no pierden un segundo de atención.

Después de tomar un pequeño descanso, empieza a montar la obra que nos ha traido. Un regalazo. Lo más impresionante no es la obra en sí, que es fantástica, pero es que tarda en montarla entera… 20 minutos. En 20 minutos tiene prácticamente montada una obra a dos veces y gestos con un coro de niños… Impresionante.

Va trascurriendo el día, y se van sucediendo las canciones. Pausa para comer, y vuelta al trabajo. Acabamos, después de seis horas de taller, y David aún tiene fuerza para quedarse con siete niñas de las mayores del coro,para trabajar una hora más de manera más individualizada.

El taller toca a su fin, fotos y despedidas. Por la noche cena de tapas en el centro, y a dormir, que, como es normal el cansancio aprieta.

Ha sido un día intenso, en el que hemos aprendido un montón de cosas, tanto los niños como nosotros, y en el que David nos ha mostrado una nueva forma de entender el canto común, le ha dado una vuelta de tuerca más a nuestro coro, y, lo mejor de todo , con una humildad y humanidad formidables

Quiero agradecer a Juan Ignacio Machi y a a Eduardo Grande su entrega y profesionalidad, no sólo en este día, y por supuesto a David Azurza, que con su gran experiencia y su buen hacer, ha hecho un poco más grande a este coro de pequeños.

Montag Olivera Moret