En abril “El León” a mil, por Pablo Álvarez Fernández
“El León de Oro” de Marco García de Paz actúa esta tarde en León en Iglesia de San Marcos a las 20:45 h. dentro de los actos de conmemoración del XX aniversario del Coro Angel Barja. El de hoy 9 de abril de 2011 como el del 3 de abril en el centro Valey, son los conciertos previos a Maribor (Eslovenia) dónde compiten con este mismo repertorio el próximo fin de semana.
Y nosotros tenemos la suerte de poder estar con ellos gracias a las crónicas, ahora ilustradas con vídeos en HD, del “Leónigan” por excelencia, Pablo Álvarez Fernández.
En abril “El León” a mil, por Pablo Álvarez Fernández
Nuevo espectáculo vocal del coro capaz de mover público desde todas partes, llenando el aforo y mostrándose educado como ninguno. Con una agenda apretada en este abril, la colaboración de FECORA (su presidente Roberto Menéndez del Campo presentó el concierto) traía “mis leones” al recién inaugurado “Valey” (a finales de enero abría sus puertas) para ir rodando el programa con el que competirán los próximos días 15 al 17 en el International Choral Competition Maribor (Eslovenia) frente a los mejores coros del mundo nuevamente llevando el nombre de Asturias y España allá por donde cantan, sin olvidarnos su siguiente concierto de León el día 9 con los hermanos leoneses del Coro “Ángel Barja” y el regreso al Auditorio de Oviedo el día 28.
Como pudimos ver y escuchar, en el programa había obras viejas, nuevas y de siempre, incluso con un título para el concierto que lo decía casi todo: Naturaleza sacra, voz profana. Pero está la “búsqueda de la excelencia” como bien comenta casi siempre Marco el director, y afortunadamente continúan ese camino sin final que llevará a la siguiente cumbre (nunca la última), sin importar el esfuerzo, el trabajo, los sacrificios… porque este coro ¡disfruta sobre el escenario y nos hace disfrutar a sus seguidores! (bautizados como “leónigans” por el que suscribe). Siempre quedan muchos ensayos, nunca suficientes, pero el recorrido ya es digno de alabanza y el nuevo escalón ya está subido.
Las obras se organizaron en cuatro bloques con un intervalo de 10 minutos hacia la mitad, reconociendo un desgaste físico por la dureza de cada uno de los temas. El inicio ya fue para examen con Elisabethae vero (para doble coro) de Jacobus Gallus, seguido del Salmo 43 a 8 voces “Richte mich, Gott” de Mendelssohn, obra habitual de su repertorio, y otro de los “estrenos”, Skrinja orehova (1981) de Uros Krek. Todo lo bueno del coro lo pudimos percibir no ya en esos salmos quasi bachianos que dominan como nadie, sino en las nuevas obras preparadas con todo lujo de detalle: afinación perfecta, empaste increíble y esa dinámica impresionante capaz de susurrar haciéndonos aguantar la respiración, hasta unos ff siempre “en su sitio” con unas partituras que por algo marcan la diferencia entre un concierto y un concurso. La primera prueba de fuego estaba pasada.
El siguiente bloque arrancaría con el Haec dies (a 6) de Byrd, el Gloria, Missa “Pro pace”(1986) de Javier Busto, nuevamente Mendelssohn con el Salmo 91 a 8 voces “Denn er hat seinen Engein” y la tercera obra “matadora” como Iupiter (2007) de Michael Ostrzyga. Que álguien me cuente cuántos coros pueden hacer obras con esta dificultad y además RECREARLAS… pues dominan todos los estilos, polifonía renacentista, romanticismo, siglo XXI y lo que haga falta, pasando de uno a otro con total normalidad sólo rota por los cambios de ubicación sobre el escenario, lógicamente buscando la mejor sonoridad (y tanto la suya como la del nuevo auditorio, la tienen). Sigue siendo única su forma de cantar las obras del Dr. Busto (me consta que las disfruta aún más que nosotros), pero “Júpiter” es realmente espacial (y especial), estratosférica, exigente al máximo para cualquier coro profesional (¡ylos leones son aficionados!), tras el que llegó un descanso merecido y obligado tras este primer atragantón que suponía el tour de force.
Y no es que la segunda parte fuese menos difícil, aunque sí mucho más trabajada en el tiempo suponiendo tranquilidad, seguridad y todavía más disfrute, pues son obras que ya han pasado con éxito otras competiciones nacionales e internacionales. El homenaje al Padre Victoria fue con “Lauda Sion” para doble coro, seguido de esa maravilla del joven compositor asturiano Guillermo Martínez (1983) No llores, paloma mía (2003) que estállamado a convertirse en músico obligado en todo coro que aspire a mayores, y por supuesto“Leonardo Dreams of His Flying Machine” (2001) del actual gurú coral Eric Whitacre, obra que “los leones” han conseguido personalizar con el visto bueno del propio compositor (y no es broma), lo que es todo un triunfo. Apuesto que pronto dedicará alguna composición a los gozoniegos, y aquí queda escrito.
Para el “fin de fiesta” nada mejor ni con más sabor que Fariñona y marañueles (2006) de Albert Alcaraz, un “clásico astur” que siendo actual entiende como nadie el folklore autóctono con esa calidad nuevamente única en las voces del coro gozoniego, engrandeciendo toda obra coral que canten.
Aunque el esfuerzo fue titánico, aún tuvieron fuerza para una propina muy emotiva y con d´edicatoria, pues interpretaron (sin silbar) el Paisaje Astur de Jesús Gavito Feliz, escapado desde Jaén para visitar “a sus chicas” y además vendedor ocasional de los CDs del coro en el vestíbulo (como Les Luthiers) a la salida del concierto, quien tuvo que escuchar su obra fuera de la sala. Ésto son amigos y lo demás cuentos. Y es que los viajes cuestan mucho dinero, por lo que todo lo que sea conseguir fondos, y más con su arte, nunca está de más. Desde aquí les deseo lo mejor para Eslovenia y como siempre digo,“MUCHO CUCHO®”.
Pablo Álvarez Fernández
Pablo, la Música en Siana