La música en la cultura tradicional china, por José Manuel Revuelta
Estas breves reflexiones, más el fragmento del pensador chino que cito, sin dejar de ser meras “curiosidades”, pueden, podrían, provocar algunos comentarios, serios o jocosos. Con esa intención los presento.
José Manuel Revuelta
La música en la cultura tradicional china
La escala china comprendía cinco notas: gong, zhi, shang, yu y jue. La escala remataba en la “octava” (en nuestra octava), es decir, en un retorno a la primera nota. En el fondo no era más que la culminación de un ciclo que debía encajar dentro de todo el proceso cíclico del universo. Cada nota tenía un equivalente numérico (un múltiplo de 9, más o menos), a cada nota correspondía una estación del año (yu, por ejemplo, es la nota del invierno), uno de los orientes (norte, sur, este y oeste, más el centro, lugar de la primera nota), una de las cinco vísceras del ser humano (hígado, corazón, bazo, pulmones y riñones), uno de los cinco elementos (fuego, madera, agua, metal y tierra), etc. El Universo es un todo armónico donde todo debe encajar. Pero curiosamente, todo debe encajar aunque sin exactitud ya que esta virtud nunca preocupó a los chinos. Todas las cosas y todas las relaciones tienen siempre un margen.
Más que la ley, que nunca les interesó, les ha preocupado el ritmo y la “liturgia”. Todo debe hacerse con el adecuado sentido del ritmo y cumpliendo los ritos que prescribe una minuciosa y rígida “etiqueta”. Para los chinos todas sus nociones están dominadas por las ideas de ritmo y de autoridad social. De ahí la importancia que conceden a los Ritos y a la Música: son como los dos aspectos complementarios de la Etiqueta. Los Ritos establecen entre los hombres, y entre todo cuando depende de ellos, las distinciones necesarias. La Música obliga a todos los seres a vivir en buena armonía.
“Los Ritos, decía, al parecer, Zi Chan, son el fundamento del Orden social y cósmico: gracias a ellos se produce un equitativo reparto (yi) de las parcelas (fen) de autoridad social. La Música sirve para acercar (tong); los Ritos para diferenciar (yi). De la unión proviene el cariño mutuo; de las diferencias el mutuo respeto. Las funciones de la Música y de los Ritos consisten en permitir el acuerdo entre las Pasiones (jing) y en dar buenas apariencias a las maneras”. Cuando la música empieza a sonar, “las cinco relaciones sociales actúan con precisión: los ojos y los oídos ven y entienden; entre la sangre y el aliento vital se establece un equilibrio armonioso; las costumbres se civilizan; la Tierra de los hombres se hace apacible”. “De la Música resulta la unión armoniosa del Cielo y la Tierra, y de los Ritos la buena ordenación entre el Cielo y la Tierra; cuando hay unión y armonía, todos los seres (wu) obedecen a la acción civilizadora; cuando hay buena ordenación, todos los seres conservan el lugar distinto que se les ha asignado. La Música extrae del Cielo su rendimiento (civilizador); los Ritos toman de prestado a la Tierra su (capacidad de) reglamentación. (Si se llevara demasiado lejos) la reglamentación, se desbocaría el espíritu de anarquía; (si se exigiera) demasiado rendimiento, se desarrollaría el espíritu de dominación… Para obtener que las relaciones (entre los seres) no creen desorden, la esencia (jing) de la Música, mediante la satisfacción y la alegría, mediante el amor y el contento que introduce, invita a actuar correctamente. Cuando la Música es perfecta cesa la rebelión; cuando los Ritos son perfectos, cesan las querellas”.
“La “guitarra” tiene 81 pulgadas de largo; la cuerda más larga da la nota gong (81); está situada en el Centro: es como el Príncipe. (La cuerda que da la nota) shang (72) está a su derecha; las restantes se hallan, unas en relación a las otras, según el orden de sus dimensiones: el príncipe y los vasallos están, cada uno en su lugar, imitando esta distribución”. “Gong (81, Centro) es el Príncipe; shang (72, Oeste, derecha), los vasallos; jue (64, Este), el pueblo; zhi (54, Sur), los asuntos de Estado; yu (48, Norte) los recursos (del pueblo, designados aquí con la palabra wu: los diez mil seres). Cuando las 5 Notas están afinadas todo está armónicamente modulado. Si (es de la nota) gong (de donde viene la) alteración, (las modulaciones son) toscas: (es porque) el príncipe es arrogante. Si (es de la nota) shang (de donde proviene la) alteración, (las modulaciones dan la imagen de) declive: (es porque) los oficios no están bien atendidos. Si (es de la nota) jue (de donde viene la) alteración, (las modulaciones son) tristes: (es porque) el pueblo se hace rebelde. Si (es de la nota) zhi (de donde viene la) alteración, (las modulaciones son) lastimeras: (es porque) los asuntos de Estado son agobiantes. Si (es de la nota) yu (de donde viene la) alteración, (las modulaciones dan la imagen de un) precipicio: (es porque) le faltan los recursos al pueblo. Si la alteración viene del conjunto de las notas, porque se invaden unas a otras, (es que) el Estado va a perecer de inmediato”.
“Las notas y la música agitan la sangre y sus conductos, ponen en circulación los espíritus vitales (jing shen: esta expresión puede significar “humores fecundos”) y dan armonía y rectitud al corazón”. “Si en algún instante se incumplieran los Ritos, no quedaría más que crueldad y arrogancia; si en algún instante dejara de actuar la Música, no quedaría más que perversión y desorden. La Música permite al sabio (jun zi) incrementar (entre los hombres) el sentimiento de que los repartos son equitativos (yi)” (M. Granet, “La pensée chinoise”, La Renaissance du Livre, París, 1934).
Lo que los Ritos y la Música parecen inculcar a los chinos es el respeto a las distinciones protocolarias y a la armonía tradicional que resulta de una distribución jerárquica de las cosas. Ritos y Música que, además, les transmiten el sentimiento de que obedecer a la Etiqueta permite a los individuos integrar rítmicamente cada uno de sus gestos en el gran sistema rítmico de comportamientos que constituye el Universo. A la Etiqueta, pues, se le concede el valor combinado de una higiene y de una moral, donde lo moral no se distingue ni de lo fisiológico ni de lo físico.
La gran virtud de los Ritos, y de la Música, consiste en imponer a los gestos y a las funciones vitales su ritmo regular. Cuando las maneras de ser están gobernadas por la etiqueta, el ser se ennoblece y merece durar.
El hombre debe todo a la civilización: le debe el equilibrio, la salud, la calidad de su ser. Nunca han considerado los chinos al hombre como algo aislado de la sociedad; y nunca han separado la sociedad de la Naturaleza. Tampoco han creído necesario situar por encima de las realidades vulgares un mundo de esencias puramente espirituales; y tampoco han imaginado que para magnificar la dignidad humana haya que atribuir al hombre un alma distinta de su cuerpo. La naturaleza no forma más que un solo reino. La vida universal está presidida por un orden único: es el orden que le imprime la civilización.
José Manuel Revuelta.
Filósofo (para no enredar, profesor de filosofía). Traductor de variada y nutrida obra libresca y periodística. (Cuando no se sabe crear, al menos se puede recrear). Cantante (ma non troppo), desde la infancia, en una escolanía, hasta hoy.